Si trabajas en el sector de la hostelería, sabes lo importante que es conservar bien los productos frescos para evitar el desperdicio y ofrecer la mejor calidad a tus clientes. Sin embargo, no siempre es fácil mantener las frutas y verduras en óptimas condiciones, sobre todo si no cuentas con las instalaciones adecuadas o si tienes que almacenar grandes cantidades.
Por eso, en este artículo desde Verde Levante te vamos a dar algunos consejos prácticos para que puedas hacer que las frutas y verduras duren más tiempo, tanto en tu negocio como en tu casa. Así podrás ahorrar dinero, reducir el impacto ambiental y disfrutar de alimentos más saludables y sabrosos.
Elige bien las frutas y verduras que compras
El primer paso para conservar bien las frutas y verduras es elegir bien los productos que compras. Es importante que te fijes en su aspecto, su color, su textura y su olor, y que evites los que estén dañados, blandos, manchados o con signos de podredumbre. Aunque pueda ser un consejo obvio, hay frutas o verduras que pueden tener un pequeño roce, herida o desperfecto que pase desapercibido y afecte a su vida útil. También es conveniente que compres solo la cantidad que necesites, y que lo hagas con la frecuencia adecuada, para evitar que se acumulen y se estropeen.
Además, es preferible que optes por frutas y verduras de temporada y de proximidad, ya que suelen ser más frescas, más baratas y más ecológicas que las que vienen de lejos o que se cultivan en invernaderos. Así podrás aprovechar mejor sus propiedades nutricionales y su sabor.
Almacena las frutas y verduras correctamente
Otro aspecto clave para hacer que las frutas y verduras duren más tiempo es almacenarlas correctamente, según sus características y sus necesidades. No todas las frutas y verduras se conservan igual, ni todas se llevan bien entre sí. Por eso, es importante que sepas cómo clasificarlas y dónde guardarlas.
En general, hay tres tipos de frutas y verduras según su forma de madurar:
- Las que maduran con el etileno: son aquellas que producen una sustancia llamada etileno, un gas que emiten de manera natural y que acelera su maduración y la de los productos que están cerca. Algunos ejemplos son el plátano, el aguacate, el tomate, el melón o la manzana. Estas frutas y verduras se deben guardar separadas del resto, y preferiblemente fuera de la nevera, en un lugar fresco, seco y ventilado. A estas frutas se les denomina “climatéricas”.
- Las que maduran sin el etileno: son aquellas que no producen etileno, pero que pueden verse afectadas por el que producen otras frutas y verduras. Algunos ejemplos son la lechuga, el pepino, la zanahoria, la patata o la cebolla. Estas frutas y verduras se deben guardar también fuera de la nevera, en un lugar fresco, seco y oscuro, y lejos de las que producen etileno.
- Las que no maduran: son aquellas que una vez cosechadas no cambian su estado de maduración. Algunos ejemplos son el limón, la naranja, la piña o la granada. Estas frutas y verduras se pueden guardar tanto dentro como fuera de la nevera, según el espacio disponible y la temperatura ambiente. A estas se les denomina “no climatéricas”
Además de clasificar las frutas y verduras según su forma de madurar, también hay que tener en cuenta otros factores, como el grado de humedad, la exposición a la luz o el tipo de envase. Por ejemplo, las frutas y verduras que tienen mucha agua, como la lechuga, el apio o las fresas, se conservan mejor en la nevera, en recipientes con agujeros o envueltas en papel de cocina, para evitar que se pudran. Por el contrario, las frutas y verduras que tienen poca agua, como el ajo, el jengibre o el coco, se conservan mejor fuera de la nevera, en recipientes herméticos o envueltas en papel de aluminio, para evitar que se sequen.
Aprovecha las técnicas de conservación caseras
Por último, si quieres hacer que las frutas y verduras duren más tiempo, también puedes recurrir a algunas técnicas de conservación caseras, que te permitirán alargar su vida útil y darles un toque diferente. Algunas de estas técnicas son:
- El congelado: consiste en someter las frutas y verduras a bajas temperaturas, para detener su deterioro y preservar sus nutrientes. Es una técnica muy sencilla y práctica, que se puede aplicar a casi todos los productos, siempre que se limpien, se troceen y se envasen adecuadamente. Algunas frutas y verduras que se pueden congelar son el brócoli, la coliflor, las judías verdes, los guisantes, las espinacas, las fresas, los arándanos o los melocotones.
- El secado: consiste en eliminar el agua de las frutas y verduras, para evitar que se estropeen y concentrar su sabor. Es una técnica muy antigua y natural, que se puede hacer al sol, al aire, al horno o con un deshidratador. Algunas frutas y verduras que se pueden secar son el tomate, el pimiento, la berenjena, el plátano, la manzana o el mango.
- El encurtido: consiste en sumergir las frutas y verduras en una solución de vinagre, sal, azúcar y especias, para acidificarlas y aromatizarlas. Es una técnica muy popular y versátil, que se puede usar con muchos productos, siempre que se esterilicen los frascos y se cubran bien los alimentos con el líquido. Algunas frutas y verduras que se pueden encurtir son el pepino, la cebolla, la zanahoria, el coliflor, el limón o la sandía.
- El confitado: consiste en cocer las frutas y verduras en un almíbar de azúcar, agua y aromas, para endulzarlas y ablandarlas. Es una técnica muy dulce y deliciosa, que se puede usar con productos que tengan una piel firme y una pulpa carnosa. Algunas frutas y verduras que se pueden confitar son la naranja, el limón, la calabaza, la zanahoria o el jengibre.
Como ves, hay muchas formas de hacer que las frutas y verduras duren más tiempo, y de aprovechar al máximo sus beneficios y su sabor. Solo tienes que seguir estos consejos y poner en práctica estas técnicas, y verás cómo tus productos frescos se conservan mejor y te ofrecen más posibilidades. Así podrás mejorar tu negocio, tu salud y tu medio ambiente. ¿Te sabes algún truco más que nos hayamos dejado en el tintero? ¡Cuéntanos en los comentarios de este post!